Protocolos generales y específicos unidad hospitalizacion
Se evalúa la capacidad del paciente para moverse y se le ayuda si es necesario. El personal debe actuar con rapidez y coordinación siguiendo las pautas establecidas. Se garantiza la correcta eliminación de los residuos para proteger la salud. La nutrición del paciente sigue un protocolo que considera sus necesidades individuales.
Se resuelven dudas y se ofrece apoyo para la transición al hogar.
Los protocolos específicos se adaptan a la condición médica individual
Se administran analgésicos según la prescripción médica. Luego se aplican las medidas preventivas para minimizar riesgos como caídas o infecciones. El manejo del dolor es un protocolo prioritario en la unidad. Ante un evento adverso, se activa el protocolo de respuesta inmediata.
La administración de medicamentos y la monitorización de constantes vitales son esenciales. La higiene de manos es un pilar fundamental de la prevención de infecciones. Se detectan y tratan posibles reacciones adversas. Se evalúa la intensidad del dolor con escalas validadas.
Se monitoriza la ingesta y tolerancia alimentaria. Se separan los residuos según su peligrosidad. Se fomenta un ambiente de colaboración y respeto.
En la unidad de hospitalización, los protocolos generales aseguran la seguridad del paciente
La movilización del paciente se realiza siguiendo un protocolo de seguridad. Se verifica la identidad del paciente y el medicamento prescrito. El manejo de residuos sanitarios sigue un protocolo específico. Se limpia y desinfecta a fondo la habitación y el mobiliario.
La valoración nutricional identifica posibles déficits o riesgos. El protocolo de alta se inicia con la valoración de la aptitud del paciente para el domicilio. Se utilizan dispositivos de asistencia para prevenir caídas y lesiones.
El uso correcto de equipos de protección individual también es obligatorio.